
@jeffEconomist on Twitter:
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, este Halloween me voy a disfrazar del milagro que eliminará, una vez por todas, las profundas desigualdades de nuestro sistema de salud.
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) October 20, 2022
En los estados donde el aborto será criminalizado como consecuencia de la revocación de Roe versus Wade por nuestra Corte Suprema, todo el récord de la salud reproductiva de las mujeres estará expuesto a las citaciones a través de una fiscalía agresiva. https://t.co/ymhYcJgRUJ
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) August 10, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, la subida de casos estuvo siguiendo la tendencia de la Gran Manzana con un rezago de 10 días. Pero a partir del 16 de junio, se ve un resurgimiento simultáneo en ambas costas del país. Parece que una nueva variante puede haber irrumpido. pic.twitter.com/tV1KQvGCW9
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) July 6, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, proyectamos que los casos reportados de COVID en el condado ya han superado la barrera de 6 mil al día, a pesar de que el Depto de Salud Pública no lo ha reconocido. Mientras tanto en el centro de salud, quito mi N95 solo para sorbos de agua pic.twitter.com/hkxzrHoCfk
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) May 30, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, el Dashboard de Salud Pública confirma lo que he observado desde hace 3 semanas: los pacientes inundando el centro de salud con escalofríos, dolor de los músculos y pecho apretado, mientras los cafés están saturados con caras desnudas pic.twitter.com/BDeOzm4LaF
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) May 19, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, hoy atendí a un jovencito con tos, pérdida de olfato, dolores del cuerpo, pecho apretado, y una prueba rápida positiva. Fue un caso de pura transmisión comunitaria. Mis colegas, lamento decirles que el virus está de vuelta.
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) May 7, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, leía que una jueza había fallado que la palabra “sanitation” en el texto de la ley de salud pública de los años 40 connotó solo la limpieza. Qué irónico que uno de los íconos culturales de aquella época era la “sanitary napkin.” pic.twitter.com/1McJubujk9
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) April 27, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, leía que una jueza había fallado que la palabra “sanitation” en el texto de la ley de salud pública de los años 40 se refirió solo a la limpieza. Qué ignorancia de la fobia contra los gérmenes en aquel entonces! https://t.co/ZMi5cUnTER pic.twitter.com/WVAFSqEzRk
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) April 27, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, leía que una jueza había fallado que la palabra “sanitation” en el texto de la ley de salud pública de los años 40 se refirió solo a la limpieza. Qué irónico que uno de los íconos culturales de aquella época era la “sanitary napkin.” pic.twitter.com/Yoj4e3ppN6
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) April 26, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, con la baja de casos del virus, muchos pacientes han caído en una profunda depresión como si fueran prisioneros de Chillón que hubieran recuperado su libertad con suspiro.
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) April 26, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, explicaba a la paciente que todos como seres humanos compartimos una curva natural de la columna, y de repente se me ocurrió que el mero hecho de que caractericé ambos nosotros como seres humanos había transformado el significado de todo.
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) March 28, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, con todos los cafecitos locales ya limpiados de mascarillas, seguimos cubriendo nuestros rostros con las N95 en nuestro trabajo con pacientes mientras la llegada de BA.2 cuelgue sobre nosotros como millones de espadas invisibles de Damocles.
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) March 28, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, aislado en un desierto de comida con acceso limitado a fruta y vegetales frescos y una gran escasez de supermercados, entiendo bien la razón por que tantos de nuestros pacientes sufren de la enfermedad hígado graso.
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) March 28, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, escuchando el relato emocionante de la jueza Ketanji Brown, pensé en mi primer día al campus de Harvard. Un compañero de clase de pedigrí puro me avisó que yo, mis pantalones sin puños, mi cuello sin botones, que yo fui vestido como gentuza.
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) March 24, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, pasando por la puerta del centro de salud, dejando todas aquellas bases de datos atrás, con mi alma encolada delicadamente a mi badge plástico, siento una tranquilidad nunca antes sentida.
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) March 22, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, le pregunté a un paciente que había dejado de poner insulina después de años controlando exitosamente su diabetes: ¿Tiene miedo de que se le baje el azúcar demasiado? Y me contestó: No exactamente, sólo que tengo miedo de todo.
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) March 19, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, delicadamente abriendo la puerta de la sala de examen, echo un vistazo a los pies desnudos de un paciente diabético, listo para una evaluación de neuropatía periférica, después de lo que parece un lapso de más de dos siglos.
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) March 19, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, acabo de leer que las fuerzas armadas de Putinlandia han bombardeado el aeropuerto Ucraniano de Жито́мир, donde mi abuelo materno Lázaro nació más de un siglo atrás
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) March 4, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, un paciente anciano logró ponerse la primera dosis de mRNA justo a tiempo para asistir al funeral de su hijo que había fallecido después de una prolongada lucha contra COVID.
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) February 25, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, un paciente que siente un dolorcito debajo de la costilla a la derecha opta por pagar $50 al radiólogo particular por un ultrasonido de la vesícula biliar en vez de esperar un mes hasta que consiga un examen gratis en un hospital público.
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) February 25, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, estoy cada vez más convencido que la inseguridad alimentaria que nuestros pacientes enfrentan todos los días es la causa no solamente de hipertensión y diabetes, sino también de gastritis y cáncer del estómago debido a Helicobacter pylori.
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) February 25, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, escucho cortésmente las oraciones de unos pacientes al ídolo de la inmunidad natural, y me planteo esta pregunta a mí: ¿Por qué la inmunidad natural dejó que millones de víctimas del VIH se quemaran en las llamas del SIDA?
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) February 14, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, intento explicar a un paciente que ya ha sufrido COVID-19 la falsa elección entre la vacuna y la inmunidad natural. Hay evidencia significativa, le consejo, que la combinación de las dos (la inmunidad híbrida) le ofrece la mayor protección.
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) February 13, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, varios pacientes jóvenes me han comentado que les costaba caminar en línea recta durante la fase aguda de COVID-19 y incluso ahora tienen problemas molestos de coordinación. Resulta que habían sufrido un derrame embólico sin darse cuenta.
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) February 13, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, he visto a muchos diabéticos cuyo control glucémico deterioró al contagiarse con COVID-19. En algunos pacientes, la subida de azúcar ha persistido incluso después de que se han recuperado de la enfermedad aguda.
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) February 13, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, en una visita de seguimiento después de que toda la familia se había recuperado de Ómicron, le pregunté a la madre: ¿Todo bien? Y ella me contestó: Todo desordenado. Todo caótico. Todo disparatado.
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) February 10, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, un paciente me declaró orgullosamente: Doctor, no necesito su vacuna, ya que Dios es mi vacuna. Lo traté, y lo traté, y lo traté de nuevo, y algún día, al final de una larga visita, me preguntó: ¿Necesito un examen físico antes de vacunarme?
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) February 10, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, una paciente abatida, ya atrapada en su pequeño apartamento por dos años, me confesó: Doctor, cuando mi nietecita me llama por FaceTime, no puedo besarla a través del vidrio.
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) February 9, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, un paciente desanimado intentó explicarme por que había perdido su sentido de optimismo: Doctor, cuando este huésped no invitado se vaya de nuestro hogar, vendrá su primo para visitarnos, y luego el primo de su primo.
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) February 9, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, un paciente intentó explicarme por que se había hundido en una profunda depresión: Doctor, este virus ha tirado nuestro futuro por la ventana.
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) February 9, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, intento explicar a los pacientes indecisos que las vacunas no remplazan la inmunidad natural, sino la estimulan, fortalecen y prolongan.
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) February 4, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, suelo plantear la siguiente pregunta a un paciente persuadido por el mito de la inmunidad natural duradera: ¿Cómo tanta gente se ha contagiado con COVID por segunda vez?
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) February 4, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, los pacientes desafiantes declaran que prefieren confiar en la inmunidad natural, mientras los terremotos, fuegos salvajes, deslizamientos y sequías – todo natural – dejan sus cuerpos en los escombros, las cenizas, el lodo y la basura.
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) February 4, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, un economista contagiado con COVID me preguntó: Ya que la prueba PCR está subsidiada por mi seguro médico ¿por qué no realizamos el examen a diario hasta que salga negativo?
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) February 3, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, a veces el único remedio para la tos sinfín de Ómicron es entrar el baño, cerrar la puerta, abrir el grifo de agua caliente de la ducha hasta que no te veas en el espejo, y quedarte allí, inhalando el vapor y escuchando tu playlist favorita
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) February 3, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, una mujer trabajando en housekeeping y un hombre laborando en dishwashing tienen algo en común. Los dos siguen levantando cosas pesadas hasta que sientan choques eléctricos corriendo por los pompis y ardiendo los dedos gordos.
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) February 2, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, los ataques de asma parecen bastante comunes entre los infectados, quizás por que Ómicron favorece las vías respiratorias grandes en vez de los tejidos profundos del pulmón. Cualquiera sea la razón, conseguir un inhalador puede ser un reto
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) February 1, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, un hombre de 45 años, habiendo sido dado de alta de la unidad de cuidado intensivo por fallo respiratorio de COVID, intenta caminar de la cama al baño sin bajarse abruptamente el numerito en su pulsoxímetro de dedo.
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) February 1, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, una mujer de la tercera edad con artritis reumatoide severa sigue esperando la entrega de un andador con freno, asiento y ruedas mientras la masiva maquinaria burocrática del estado deja correr el reloj de su patología.
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) February 1, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, un paciente sin documentos se cae en un trance de culpabilidad por no haber estado al lado de la cama mientras su mama fallecía de COVID en un pueblo lejano en otro rincón del mundo
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) January 31, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, la carretera 10 sirve no solamente como masivo techo para la gente sin techo sino también como la aorta para llevar glóbulos rojos oxigenados a minoristas de las zapatillas lujosas situadas en las extremidades distales de la cuidad
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) January 31, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, un cosquillo en la garganta, un dolorcito de cabeza, un acceso de tos por 10 segundos, la mucosidad por el aire seco, unos sofocos de menopausia, o tan solo un estornudo se convierte en un motivo por una prueba de COVID, y otra, y otra, y…
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) January 31, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, el síntoma más inquietante del COVID largo es un síndrome de recurrentes ataques de pánico. Tal vez el virus perjudica los circuitos de la amígdala. De todas maneras, el paciente se cae en un abismo de ansiedad constante.
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) January 30, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, mientras la nieve se acumula en los lejanos rincones del país, una muchedumbre de sintomáticos esperando para someterse a pruebas PCR se congrega dentro de improvisadas carpas instaladas fuera de la clínica, bajo nubes densas y lluvia ligera
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) January 30, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, la receta original dijo, Tome una cápsula 3 veces al día, mientras la etiqueta del frasco dispensado por la farmacia dice, Tome una cápsula cada 3 días. Así es como funcionan las cosas en un apretado mercado laboral para los farmacéuticos.
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) January 30, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, el cuidado de una mujer embarazada recién infectada con COVID conlleva los siguientes pasos inmediatos: bajar la temperatura, mantener la saturación de oxígeno, y rogar al Todopoderoso que la viremia no haya hecho daño a la placenta.
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) January 29, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, ya que se han agotado todos los suministros de productos antitusígenos, el mejor remedio para la tos seca y violenta de Ómicron es un té de agua caliente, raíz de jengibre, miel y algo amargo como cebolla
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) January 25, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, tan solo 1 de cada 4 casos de COVID acaba en el registro público, Unos de los demás averiguan con pruebas rápidas en la intimidad de sus casas, pero la inmensa mayoría no tiene la remota idea de que son portadores silenciosos de angustia.
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) January 28, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, un día de estos, algún paciente me comentará: Doctor, me ha dado COVID por tercera vez. Pues estamos viviendo en la época de escape inmunitario.
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) January 27, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, la sepa Ómicron les da a los no vacunados un auténtico calvario con fiebre, escalofríos, tos violenta, dolor del cuerpo entero, fuego de la garganta, mareos, y un cansancio tremendo que dura, por la gracia de Dios, tan solo 3-7 días.
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) January 26, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, el plan estatal de #Medicaid acaba de limitar su cobertura a dos marcas de glucómetro para diabéticos, una equivocación que provocará una severa escasez de tiras de prueba. Hoy se interrumpe la cadena de suministros, mañana se sube el azúcar
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) January 26, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, una mujer embarazada se contagió de Ómicron esperando en cola con mascarilla de tela por media hora mientras mucha gente entró la pequeña tienda ostentando sus caras desnudas
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) January 25, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, todos los recién infectados se aíslan en la habitación arriba mientras abuelita, ya protegida por su tercera dosis, prepara la cena abajo para todos los demás
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) January 25, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, los pacientes ancianos me explican como han logrado esquivar el virus ya por dos años: Doctor, no salgo para nada
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) January 24, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, casi nadie se confunde por las directrices del CDC. La norma que todos respetan es bastante fácil: haga lo que le diga su doctor.
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) January 24, 2022
Por aquí en el corazón de Los Ángeles, casi nadie entiende “la dosis de refuerzo” (booster), pero cuando se menciona “la tercera,” todos reaccionan en seguida
— Jeffrey E. Harris MD PhD (@jeffEconomist) January 24, 2022